No me quieres.
Me lo dices una, dos,
tres veces.
No me quieres.
Y aún así a tu puerta vuelvo,
día tras día,
a pedirte vuelo.
Te conozco poco, mucho
y tu vanidad, engreída, desprecio
pero a tu lado vivo, siento y muero.
Y esta noche, eres lo único que quiero.